lunes, 23 de agosto de 2010

Día 21 (18-08) Despedida y cierre

Han sido días de sol, paseos, murallas, ríos, mascotas, calles empedradas, quilómetros en coche, maizales, desconexión, brandy cherry, fotos (miles de fotos!), primeros dientes, orgasmos gastronómicos, playas de cemento, maletas (maletas arriba, maletas abajo...), mosquitos, amfiteatros, cerveza, aguas cristalinas, playas de piedra (... y menudas piedras!), bautismo de Èric, peces y estrellas de mar, girasoles, cascadas, yates, abuelas "joroña", ferrys, calor, fruta, pocas wifis, bocatas "especiales", biberones, risas, relax, cafés con hielo (en todas sus variantes)...
... han sido 21 días en Croacia.

Conocer un bonito país acompañado de buenos amigos... NO TIENE PRECIO.

Día 20 (17-08) Zagreb

Estamos tristes. El finaaaaaal deeeeel veranoooo llegó... o por lo menos el final de nuestros 21 días en Croacia. Pero no hay que decaer, así que vamos a conocer más a fondo la capital croata.

El paseo nos lleva primero al mercado de frutas y verduras de Dolac. Muchas paradas llenas de color y ambiente nos invitan a comprar fruta para cenar y algo de verdura para el peque.

Seguimos por la ciudad alta medieval hasta la catedral de la Asunción de la Santísima Virgen María (amén). Tiene dos torres, agujas idénticas que, según dicen, siempre están de reformas. Entramos y descansamos un rato porque hoy hace calor, y Jose, además, tiene fiebre y se encuentra mal.

En Zagreb hay mucho ambiente, sobre todo nos llama la atención una calle peatonal que curiosamente está completamente “okupada” por las terrazas de los bares.

La tarde-noche es el mejor momento para tomar una Ozusjko o un gin tonic mientras observas la vida de la ciudad.

La ruta que seguimos nos lleva a una puerta de piedra que se ha convertido en un santuario. No está muy lejos de la catedral y es la “entrada” a la parte alta.

En las guías son un poco exagerados con lo de “parte alta”. Te machacan con que hay cientos de escalones, que es agotador, que necesitas un funicular para bajar... y después, no es para tanto. Hemos estado en pueblos medievales que tenían muchíiiisimas más escaleras.

Vale la pena subir para ver la iglesia de San Marcos, que nos gusta mucho por el colorido y la originalidad del tejado.

Como la fiebre aprieta, comemos en casa y los flipalasmoscas ponen punto y final a la ruta por Croacia mientras los bichobola apuran un último paseo por la ciudad.

Un agua (para tomarse las pastillas) al lado de la catedral, 12 kunas. Fruta y verdura en el mercado, 59 kunas... fotografiarse junto al “gran Nikola”, famoso cantante croata según él; portero de Aquí no hay quién viva, según nosotros... no tiene precio.


Día 19 (16-08) Kumrovec - Samobor

Hoy es nuestro último día con coche y aprovechamos para hacer las dos últimas excursiones. Primero hay que repostar en una gasolinera un tanto antigua...

La primera parada es Kumrovec, un pueblo-museo que te muestra la manera de vivir de los croatas del s.XIX.

Lo más curioso es que las casas-museo están entre las casas habitadas del pueblo, una mezcla entre la vida de hace más de cien años y la de ahora. Las casas mantienen los muebles, herramientas y maniquíes para conocer mejor la historia. Si quieres, te puedes meter en ella...

Después nos desplazamos a Samobor, la ciudad donde los habitantes “estresados” de Zagreb hacen escapadas de un día o de fin de semana. Para llegar damos una vuelta tremenda porque la policia de Eslovenia no quiere que pasemos la frontera. Todo lo que vimos del país lo tenéis aquí:

A la hora de comer, esta vez no triunfamos. Los famosos “strukli” de queso no están mal, pero tampoco se merecen la fama de “deliciosos”. Pero el camarero, que parece que hoy sea su primer día, no nos hace la comida fácil: tarda mucho, no nos entendemos, el limón para rebajar el vino de la casa es zumo de limón exprimido, los cafés sin azúcar... En fin, el paseo al lado del riachuelo y contemplando el bosque de Samoborsko Gorje nos relaja y hace que dejemos de pensar que esto ya se acaba.

A final de la tarde devolvemos el coche en el hotel y después de unas compras en el Konzum (super que está en todas las esquinas) nos vamos a casa a cenar. Tenemos sesión de equilibrios de Èric, que no volverá andando de Croacia pero no será porque no intenta aprender...



Entradas en el museo Staro Selo de Kumrovec, 4x20 kunas; cervezas para la cena, 60 kunas... correr detrás de un autobús que no sabes si puedes coger... no tiene precio.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Día 18 (15-08) Marija Bistrica – Zagreb

Tenemos que abandonar Villa Magdalena para dirigirnos hacia el último de nuestros destinos, Zagreb. La amabilidad del personal del hotel llega a extremos paternalistas: la recepcionista sale a despedirnos a la calle; sí, sí, la típica escena de bajar la ventanilla del coche diciendo adiós mientras te alejas.

Antes del destino final queremos pasar por Marija Bistrica, lugar de peregrinaje en el que hoy, día de la Virgen, hacen una misa multitudinaria. A pesar de que nos han dicho que será casi imposible acercarnos, encontramos el camino realmente despejado. Las casas particulares te invitan (20 kunas) a utilizar sus patios para dejar el coche. Cuando llegamos la imagen impresiona: una gran misa multitudinaria al aire libre.

Intentamos pasar desapercibidos para no disturbar a los devotos, pero cuando nos damos cuenta estamos realizando el Vía Crucis en dirección contraria… Si miráis las fotos, hay una gran cola de personas siguiendo un camino, verdad? Pues nosotros lo hicimos al revés.

Entre eso, las cámaras, el cochecito y que no vestimos a la rancia moda setentera de los lugareños, notábamos que todas las miradas se clavaban en nuestro cogote. Anécdotas aparte, fue impresionante.

Y acabada nuestra visita, nos dirigimos a buscar el apartamento. Otro acierto: en el medio de Zagreb, muy bien decorado, wi-fi, altavoces 5.1… Finalmente hicimos una breve incursión en la noche zegreña antes de irnos a dormir.

lunes, 16 de agosto de 2010

Día 17 (14-08) Trakoscan – Varazdin

Estrenamos el día con un doble golpe de suerte: al planificar la ruta decidimos dar algo más de vuelta para evitar la autopista. Por un lado, conducir por las carreteras interiores hacia el castillo de Trakoscan ha sido un verdadero placer visual. Los paisajes son maravillosos, con bonitas casas salpicando verdes laderas, donde podemos contemplar alineados campos de maíz, viñas y otros cultivos no identificables para los urbanitas.

Y decimos doble golpe de suerte porque además vimos que algo había pasado en la autopista, ya que los coches estaban parados y con los conductores fuera de los vehículos.

La visita al castillo no cumple totalmente nuestras expectativas, quizás porque esperábamos que fuera similar al de Himeji (Japón). La visita se basa en recorrer una serie de estancias y comprobar lo bien que vivía la familia Draskovic. El lago artificial que lo rodea ofrece una buena foto del castillo.

Ponemos rumbo a Varazdin, que superó con creces a la primera visita. La antigua capital de Croacia es un muestrario de arquitectura barroca. Rodeado de zonas verdes, comprobamos que es el lugar preferido de los croatas para casarse, ya que nos encontramos con casi una decena de parejas.


Respecto a Villa Magdalena, si estáis por la zona elegid este hotel. Aparte de las instalaciones, la amabilidad del personal superó la perfección. Para que os hagáis una idea: durante la cena, cuando trajeron los postres, la camarera se llevó al niño para que los pudiéramos disfrutar tranquilamente.

Finalizamos la noche con lo que debería haber sido un plácido yacuzzi, pero la falta de organización provocó un pequeño incidente con las burbujas, que empezamos evacuando con una cacerola. El siguiente intento fue rebozarme en espuma utilizando mi cuerpo como esponja para trasladarla a la ducha. Viéndole lagunillas al plan ('little lakes') y agudizando el ingenio acabamos dándole un nuevo uso al paraguas... menudo festival de la espuma!!!!

Día 16 (13/08) Rovinj - Krapinske Toplice

Kilómetros y más kilómetros pasaditos por agua. Teníamos prevista una parada en Rovinj, pero la procesión de coches alrededor del casco urbano intentando aparcar hizo que después de 1 hora desistiéramos. Eso sí, buscamos un punto estratégico desde donde poder sacar un par de fotos para nuestros seguidores del blog.

Seguimos la ruta y cuando apretó el hambre paramos en un pueblecito en medio de la montaña. Al ojear la carta comprobamos como hemos pasado de los calamares al ciervo y de las gambas al bacon casero. Pedimos el plato estrella, en teoría para dos personas, y nos traen una bandeja llena de grasas super poli saturadas camufladas dentro de salchichas, tocino, carnes de caza…

Nuestra última tarea fue encontrar Villa Magdalena, un aparthotel spa con aguas termales, dónde podremos disfrutar de nuestro propio yakuzzi. Realmente un lujo de habitación a un precio más que razonable: 120 € / noche (2 personas).

domingo, 15 de agosto de 2010

Día 15 (12/08) Pula

Último ferry que nos traslada a la península de Istria.

Una vez visitado, podemos deciros que si tenéis que venir a Croacia, no pongáis a Pula entre vuestras preferencias. Eso sí, tiene un anfiteatro del siglo I muy bien conservado, pero con un escenario metálico en medio que desluce cualquier fotografía.

Además notamos que el ambiente ya es diferente a las ciudades visitadas hasta ahora: ya no es tan limpia, hay grafitis en las paredes, restaurantes y heladerías te reclaman para que entres en sus establecimientos… turismo tipo Lloret.

En el apartamento hemos aprovechado para hacer un par de lavadoras y siestear para coger impulso, que mañana seguimos la ruta.

Entrada al anfiteatro, 40 kunas; comprar víveres para comida, cena y desayuno, 290 kunas; disfrutar de una barbacoa entre amigos en Croacia, no tiene precio.