Día 14 (11/08) Valun – Lubenice – Cres

Playa y gastronomía es la propuesta para el día. La primera visita fue a Valun, un pueblecito de 68 habitantes donde disfrutamos de la mejor playa hasta el momento.

Para acceder hay que dejar el coche en la colina y bajar unas cuantas escaleras. Aguas cristalinas, temperatura del agua ideal, cuartos de ducha… pero en esta última visita a la playa aún no hemos conseguido acostumbrarnos a tomar el sol sobre guijarros. En su adaptación al medio, los croatas utilizan una especie de colchonetas portátiles.


Después de una mañana de playa se nos abre el apetito (aunque algunos siempre lo tienen abierto). Tras recorrer 10 km por una estrechísima carretera llegamos a Lubenice, una aldea medieval de 17 habitantes.

En esta ocasión el paraje del restaurante es incomparable. Volvemos a insistir con el cordero, acompañado con un rissoto de calamar.

Tras la comida paseamos por el pueblo y nos encaramamos al acantilado. Nunca habíamos visto un horizonte tan amplio. Realmente parece que se aprecia la curvatura de la tierra.


Saborear el cordero de Cres en un pueblo perdido, 530 kunas; botella de agua en la playa de Valun, 10 kunas; abrazar el mundo desde el Balcón del Mar no tiene precio.